Hace un par de años tuve una de las semanas más duras de mi profesión.
Durante 3 días seguidos atendí a 3 clientas que estaban
pasando por un cáncer.
La primera fue una chica de 20 años que venía a buscar
un top para la boda de su mejor amiga.
Un top que había visto en el escaparate y del que se había enamorado desde
antes de la operación. Cuando se probó el top quedó decepcionada porque éste
tenía un sólo tirante y dejaba al
descubierto la cicatriz que tenía como consecuencia de su operación de pecho. Se probó toda la colección de ropa.
!La cuál venía repleta de escotes palabra
de honor y tirantes finos!
Tenía 20 años y sólo quería
un top con el que sentirse sexy y guapa en la boda de su mejor amiga, y yo
tenía que conseguirlo fuera como fuera. Al final encontré la solución. Le
propuse ,con cierto pudor, que le diéramos la vuelta al top y cambiar de lado el
tirante, así éste coincidiría con el
lado de la cicatriz y la taparía. Ella aceptó entusiasmada la propuesta y al comprobar que le quedaba
perfecto se puso loca de alegría. Conseguí que se fuera contenta y satisfecha
con su nuevo top. El top que según me contó después llevaba viendo desde el escaparate todos los
días desde hacía! un mes!. Cada vez que pasaba con su padre de camino al hospital
a curarse. Lo último que me dijo fue !Qué contento se va a poner mi padre
cuando lo vea. Él que siempre me decía: "cuando te cures vienes a por
él".
Al día siguiente vino una mamá, su hija tomaba la comunión
en un mes y no encontraba un vestido para ponerse ese día tan especial, con el que sentirse favorecida. Tenía que
llevar un sujetador tipo top que tapaba bastante y no encontraba
ningún vestido que cubriera esa prenda. Además
su piel estaba muy pálida por la ausencia de sol, y ese año el "nude"
en toda su gama de tonalidades fue el
color del verano. El "nude", ese color que es igual de elegante y
atractivo a la vista como poco favorecedor para las pieles más pálidas.
Le di muchas vueltas, y probamos muchísimas opciones. Era
una mamá que quería estar guapa el día de la comunión de su hija, posiblemente uno
de los días más importantes de su vida. Quedaba un mes para dicho evento y
estaba harta de salir a probarse ropa y no encontrar nada... Le di muchas vueltas, probamos muchísimas opciones y al final
encontramos un vestido que cubría perfectamente: el escote, los hombros y el
pecho. Era un vestido cortito de manga
larga transparente, entallado a la cintura y con falda plisada, en color coral, que hacía que su
nívea piel, que llevaba más de 2 años sin ver el sol, se iluminara y ganara
color. Tanto a ella como a su amiga les encantó . Por fin estaba preparada para disfrutar de la comunión de su niña.
Un día después, vino una señora de cerca de 60 años, venía desesperada porque no tenía calzado para ponerse. Todos sus zapatos le hacían daño y !no encontraba nada!.
Le dolían tanto los pies... sobre todo porque sus uñas se
habían debilitado mucho con la quimioterapia y no aguantaba el roce de la piel
en ninguna parte de sus pies. Se probó más de 15 modelos, y entonces después de
mucho probar, encontré la solución. Unos
mocasines de ante sin contrafuertes , horma ancha y piso de goma eva muy
flexible. Después de probarlos durante
un rato, se dio cuenta de que era el zapato adecuando para ella.
A la semana siguiente vino a darme las gracias porque estaba
muy cómoda
! y se llevó otros iguales pero en otro color!
Cuando terminó la semana pensé que
no podría soportar un día más atendiendo
a una persona enferma de cáncer. Era como si estas tres personas hubieran depositado su tristeza en mí
con sus historias. Sentía el peso de esa tristeza en mi pecho y en mi cabeza. Me
pesaba tanto la pena que sentía que me había
quedado sin fuerzas.
Pasaron unas semanas,
y una mañana de mayo cuando salía de trabajar un sábado a las 2, de camino a
casa me crucé con multitud de gente que estaba de boda, comunión, graduaciones ... gente
contenta , celebrando la vida, ajena a todo dolor, a toda tristeza, y pensé en estas 3 personas. Seguramente
ellas también estarían disfrutando de sus
días especiales, la boda de su mejor amiga, la comunión de su hija o salir a disfrutar con su familia...
!Me
sentí feliz! Orgullosa de haber contribuido con mi granito de arena a que fueran felices.
La moda tiene una parte muy banal y superficial pero cuando gracias
a ella tienes la oportunidad de ayudar a que la gente se sienta más feliz... es una sensación..., !!maravillosa!!
!Y estoy agradecida por ello!
KÖSERI, colabora con la Asociación Española Contra el Cáncer mediante la venta de sus productos. Puedes adquirirlos en C/José Jáuregui 10, 37002 Salamanca.
KÖSERI, colabora con la Asociación Española Contra el Cáncer mediante la venta de sus productos. Puedes adquirirlos en C/José Jáuregui 10, 37002 Salamanca.
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