jueves, 20 de octubre de 2016

EL CÁNCER Y EL LADO HUMANO DE LA MODA

Hace un par de años tuve  una de las semanas más duras de mi profesión.
Durante 3 días seguidos atendí a 3 clientas que estaban pasando por un cáncer.

La primera fue una chica de 20 años que venía a buscar un  top para la boda de su mejor amiga. 
Un top que había visto en el escaparate y del que se había enamorado desde antes de la operación. Cuando se probó el top quedó decepcionada porque éste tenía  un sólo tirante y dejaba al descubierto la cicatriz que tenía como consecuencia de su operación de pecho.  Se probó toda la colección de ropa.  !La cuál venía repleta de escotes palabra de honor y tirantes finos!
Tenía 20 años y sólo quería un top con el que sentirse sexy y guapa en la boda de su mejor amiga, y yo tenía que conseguirlo fuera como fuera. Al final encontré la solución. Le propuse ,con cierto pudor, que le diéramos la vuelta al top y cambiar de lado el tirante,  así éste coincidiría con el lado de la cicatriz y la taparía. Ella aceptó entusiasmada  la propuesta y al comprobar que le quedaba perfecto se puso loca de alegría. Conseguí que se fuera contenta y satisfecha con su nuevo top. El top que según me contó después  llevaba viendo desde el escaparate todos los días desde hacía! un mes!. Cada vez que pasaba con su padre de camino al hospital a curarse. Lo último que me dijo fue !Qué contento se va a poner mi padre cuando lo vea. Él que siempre me decía: "cuando te cures vienes a por él".


Al día siguiente vino una mamá, su hija tomaba la comunión en un mes y no encontraba un vestido para ponerse ese día tan especial,  con el que sentirse favorecida. Tenía que llevar un sujetador  tipo  top que tapaba bastante y no encontraba ningún vestido que cubriera esa prenda.  Además su piel estaba muy pálida por la ausencia de sol, y ese año el "nude" en toda su gama de tonalidades  fue el color del verano. El "nude", ese color que es igual de elegante y atractivo a la vista como poco favorecedor para las pieles más pálidas.
Le di muchas vueltas, y probamos muchísimas opciones. Era una mamá que quería estar guapa el día de la comunión de su hija, posiblemente uno de los días más importantes de su vida. Quedaba un mes para dicho evento y estaba harta de salir a probarse ropa y no encontrar nada...  Le di muchas vueltas, probamos muchísimas opciones y al final encontramos un vestido que cubría perfectamente: el escote, los hombros y el pecho.  Era un vestido cortito de manga larga transparente, entallado a la cintura y con falda plisada,  en color coral, que hacía que su nívea piel, que llevaba más de 2 años sin ver el sol, se iluminara y ganara color. Tanto a ella como a su amiga les encantó .  Por fin estaba preparada para disfrutar de la comunión de su niña.



Un día después, vino una señora de cerca de 60 años, venía desesperada porque no tenía calzado para ponerse. Todos sus zapatos le hacían daño y !no encontraba nada!.
Le dolían tanto los pies... sobre todo porque sus uñas se habían debilitado mucho con la quimioterapia y no aguantaba el roce de la piel en ninguna parte de sus pies. Se probó más de 15 modelos, y entonces después de mucho probar,  encontré la solución. Unos mocasines de ante sin contrafuertes , horma ancha y piso de goma eva muy flexible.  Después de probarlos durante un rato, se dio cuenta de que era el zapato adecuando para ella.
A la semana siguiente vino a darme las gracias porque estaba muy cómoda
! y se llevó otros iguales pero en otro color!


Cuando terminó la semana  pensé  que no podría soportar  un día más atendiendo a una persona enferma de cáncer. Era como si estas tres  personas hubieran depositado su tristeza en mí con sus historias. Sentía el peso de esa tristeza en mi pecho y en mi cabeza. Me pesaba tanto la pena  que sentía que me había quedado sin fuerzas.
Pasaron  unas semanas, y una mañana de mayo cuando salía de trabajar un sábado a las 2, de camino a casa me crucé con multitud de gente que estaba de boda, comunión, graduaciones ... gente contenta , celebrando la vida, ajena a todo dolor, a toda tristeza,  y pensé en estas 3 personas. Seguramente ellas también estarían  disfrutando de sus días especiales, la boda de su mejor amiga, la comunión de su hija o salir a disfrutar con su familia...
 !Me sentí feliz! Orgullosa de haber contribuido con mi granito de arena  a que fueran felices.

La moda tiene una parte muy banal y superficial pero cuando gracias a ella tienes la oportunidad de ayudar a que la gente se  sienta más feliz... es una sensación..., !!maravillosa!!

!Y estoy agradecida por ello!



KÖSERI, colabora con la Asociación Española Contra el Cáncer mediante la venta de sus productos. Puedes adquirirlos en C/José Jáuregui 10, 37002 Salamanca.

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