Todos los años, desde mediados de junio a mediados de agosto, la
Tierra atraviesa una nube de polvo y el cielo se llena de estrellas
fugaces. Ese espectáculo veraniego tiene como responsable al cometa
Swift-Tuttle, que cada 133 años visita la Tierra dejando un reguero de
escombros en medio de la órbita terrestre.